lunes, 17 de septiembre de 2012

El autoabastecimiento como alternativa para combatir la desnutrición infantil

Por Damián Gabriel Martínez


La Fundación Huerta Niño es una organización no gubernamental sin fines de lucro que tiene como objetivo luchar contra la desnutrición infantil en Argentina mediante la construcción de huertas comunitarias de media hectárea en escuelas rurales de zonas desfavorecidas.

La iniciativa surgió de la mano del ingeniero Felipe Lobato. En su juventud realizó viajes de estudio por el interior del país donde visitó colegios del campo. Dialogando con los maestros de las diferentes instituciones notó una problemática que se repetía en la mayoría de los lugares que conoció: a los chicos les costaba concentrarse en sus estudios porque tenían hambre. Por esta razón, llegó a la conclusión de que debía elaborar una alternativa que permitiese a las comunidades autoabastecerse de alimentos.

Años después, construyó la primera granja escolar, juntó a la organización ProHuerta del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en la localidad de Machagay de la provincia del Chaco. De a poco, fue consiguiendo los recursos para realizar granjas en diferentes regiones del territorio nacional, hasta que en el año 1999, logró fundar oficialmente la entidad.

La directora de Comunicación de Fundación Huerta Niño, Constanza Feldman, explicó el por qué se eligieron a los establecimientos educativos para establecer las granjas: “Queríamos que se le diera al proyecto un formato institucional. Además, nuestro objetivo era hacerlo desde un lugar donde se pudiese transmitir las herramientas necesarias para que, tanto niños como adultos, puedan valerse de ellos mismos, aprovechando al máximo de las posibilidades de su entorno".

"La idea es que la comunidad se haga responsable de la misma para fortalecer los lazos entre sus integrantes. Por eso, la huerta esta pensada según tres ejes principales: educativo, nutricional y comunitario”, agregó Feldman.

Una vez elegida la escuela, la ONG construye y diseña la granja; entrega las semillas y capacita a los padres, maestros, vecinos y a los propios chicos. Desde la entidad, se desarrollan dos capacitaciones mensuales para instalar los conocimientos necesarios para que la mantengan por sus propios medios y con pocos recursos.

La institución recibe financiamiento a través de donantes particulares, empresas o proyectos de cooperación internacional, como embajadas o grandes fundaciones del exterior.

Hasta el momento, se han realizado alrededor de 170 huertas a lo largo de la Argentina que han beneficiado a más de 9 mil niños. “Hace dos meses, logramos llegar a todo el territorio nacional, que era una deuda pendiente de la Fundación. Habíamos estado en casi todas las provincias pero faltaba llegar a algunas”, finalizó Feldman.

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